Con el beneplácito que me confiere mi indignidad por los sucesos que han pasado últimamente en mi país, es para mi menester hacer un llamado a todos ustedes, amigos; para poner un alto en todo lo referente a los temas de impudidad y corrupción, mismos conceptos con los que el gobierno mexicano ha venido combatiendo desde hace ya varios años y de los cuales ahora han perdido el control.
Aquel sufragio que levantó las botas y el bigote de la silla para llevar al frente de mi patria hacia la presidencia en el año 2000, fue el inicio de los caudales que conllevaron a estas guerras entre organizaciones delictivas en la actualidad, guerras de las cuales somos víctimas, de las que por dominio de territorio e imposición de poder quedamos entre las balas e incendios, en medio de enfrentamientos que se desarrollan en las calles, plazas y parques; pero sobre todo que generan un allanamiento de terror en las principales ciudades del país, haciendo ver que el gobierno o los gobiernos sean ridiculizados por la esfera social.
"¿Qué es lo que necesitamos para hacerles saber acerca de nuestra preocupación a nuestros "líderes y gobernantes", a los empresarios, a las organizaciones civiles y a todos aquellos grupos e instituciones que participan en la enfermedad llamada corrupción?"... El único grito que me gustaría dar a mi es el grito de desesperación; un grito de auxilio para que me saquen de este mar de vicios de los que mi país, México, se ha hecho partícipe.
Quiero a mi patria, pues cuando muera será lo único que se vaya conmigo, yo sí me siento orgulloso de ser mexicano y los invito a que ustedes también se sientan orgullosos de su país, sí se vale festejar, claro, sin absurdos como los gastos millonarios del centenario y bicentenario que ridiculizan a quienes promueven dichos actos.
Mi patria es aparte!
Viva México, viva México, viva México!!!